En atención a reportes ciudadanos, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), atendió el varamiento de una ballena en las costas del Ejido Valle Tranquilo, municipio El Rosario, en Baja California.
Con el apoyo del Comité de Vigilancia Ambiental Participativa, personal de la Profepa localizó al ejemplar hembra de ballena gris (Eschrichtius robustus), en etapa adulta y en avanzado estado de descomposición.
La ballena no mostraba indicios de hematomas, laceraciones o heridas que pudieran sugerir el motivo de su muerte, ni tampoco se observaron marcas de artes de pesca que se pudieran vincular con actividades antropogénicas.
Los inspectores federales determinaron -con base en el Protocolo de Atención para Varamientos de Mamíferos Marinos- dejar el cadáver de la ballena en el sitio puesto que no representaba molestia o riesgos para la salud pública, permitiendo también con ello que se realicen los procesos de degradación naturales.
Por otra parte, en la misma localidad bajacaliforniana, se recibió el reporte del hallazgo de un ejemplar sin vida de una cría hembra de orca (Orcinus orca).
Al realizar la revisión física, se observaron raspones en la parte dorsal del animal, de forma superficial a la altura de la aleta dorsal, aunque no fue posible identificar la causa de su muerte.
Dado que el organismo aún no presentaba señas de descomposición, se sugirió que su deceso pudo haberse producido horas antes de su varamiento.
Los inspectores de la Profepa solicitaron el apoyo de personal veterinario y científico de la Asociación Civil “Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de Ensenada”, así como de la Facultad de Ciencias Marinas y del Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), para trasladar la orca a un congelador, con la finalidad de realizar la necropsia correspondiente y poder determinar las probables causas de su muerte.
En un tercer caso, los inspectores federales atendieron el reporte del hallazgo de un lobo marino de California (Zalophus californianus), juvenil en Playa Hermosa, en Ensenada.
El ejemplar se encontraba con vida y en óptimas condiciones de salud, pero con signos de estrés por la presencia de los turistas que se acercaban, por lo que se determinó reubicarlo a otra zona marina para que continuara descansando en su medio.
De igual forma, la Profepa atendió el reporte de un elefante marino varado en Baja California pero no pudo ser ubicado, por lo que se presume que regresó por sí mismo a su medio natural.
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