El aumento en el precio de las tortillas está manipulado por los grandes consorcios del maíz y en especial por las organizaciones de nixtamaleros, quienes han forzado a dueños de tortillerías a ofrecer el producto al consumidor final en más de 20 pesos por kilo.
En esta cadena productiva, los tortilleros se ubican en medio del sándwich, es decir, por un lado los líderes de nixtamaleros los presionan para que aumenten el costo del alimento y por el otro, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), los amenaza con sancionarlos hasta con tres millones de pesos, si dan la tortilla a más de 20 pesos.
Quienes compran el maíz y hacen la masa argumentan que el costo por tonelada del grano se fue para arriba y por eso, en lugar de vender a 200 pesos promedio el bulto de masa, lo entregan en las tortillerías entre 280 y 300 pesos.
Obviamente el principal afectado por esta decisión es el consumidor. Quien está adquiriendo el producto entre 16 y 20 pesos, cuando hace apenas un mes, lo compraba a 12 pesos.
La Profeco asegura que pondrá en orden está situación, sin embargo reconoce que con los 400 inspectores que tiene en su planta laboral para cubrir toda la República, no son suficientes.
Recordemos que con la llegada del nuevo gobierno federal el número de inspectores era de al menos mil 300 individuos.
El titular de Profeco, Ricardo Sheffiel Padilla, dice que personalmente asiste a los lugares para constatar que el precio en los productos de primera necesidad no se desborde, pero no sabemos a qué tipo de mercados acude pues los comerciantes ya están abusando, aprovechando la pandemia del Covid – 19.
Lo que puedo decirles a los lectores de Algo que Informar es una vez terminada la cuarentena por el Covid – 19, el retorno a la realidad será muy crudo, pues los precios en muchos productos de la canasta básica serán distintos y mermarán sus bolsillos.
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