En la Ciudad de México es urgente controlar las fugas de gas L.P. que se producen en los hogares, pues la falta de mantenimiento y renovación de los equipos y accesorios revelan que cuatro de cada diez viviendas presentan fugas que aumentan la contaminación por ozono durante todo el año.
Los cálculos de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) señalan que estas fugas equivalen a que diariamente se pierdan diez mil tanques portátiles de 20 kilogramos de gas L.P., lo que representa una pérdida de más de tres millones de pesos.
De acuerdo con el Inventario de Emisiones de la CDMX 2016, elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente, estas fugas de gas L.P en las casas particulares se traduce en una emisión de alrededor de 33 mil toneladas de compuestos orgánicos volátiles al año, los cuales causan mayor formación de ozono en la atmósfera que contaminan el aire que respiramos.
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