El pasado domingo 23 de agosto, pescadores de la Ranchería San Juanito en el municipio de Centla, Tabasco encontraron al tercer manatí muerto en lo que va de 2020, en aguas del río Grijalva.
El secretario de Bienestar y Cambio Climático del gobierno del estado, Mario Rafael Llergo, aseguró que se trata de un caso aislado y descartó que se pueda presentar el mismo escenario de 2018 y 2019.
De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la mortandad de manatíes en Tabasco comenzó el 18 de mayo de 2018, y al final se contabilizaron 48 ejemplares que perdieron la vida, aunque los habitantes de las comunidades aseguran que fueron más de 80.
Expertos de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), reportaron en aquellos años que la muerte masiva de manatíes se debió a la contaminación generada por los pozos de Pemex, que se encuentran sumergios en los canales, y que durante mucho tiempo han tenido fugas de gas amargo en la región.
Después de airadas protestas por parte de habitantes de las comunidades, la Semarnat pretendió vincular los decesos a la supuesta proliferación de algas tóxicas y la sequía.
Hasta la fecha, las autoridades del sector ambiental incluidas Profepa y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) siguen sin establecer una estrategia integral para evitar la muerte de los manatíes, especie en peligro de extinción y mejorar su hábitat natural.
Las comunidades de Centla, Macuspana y Jonuta, siguen esperando sanciones para los responsables de la contaminación, que los deja sin agua para consumo, que provoca enfermedades gastrointestinales y de la piel, y que afecta la pesca de autoconsumo.
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