Los 300 mil pescadores ribereños de México, envueltos en una severa crisis por la pandemia del Covid-19, debido al desplome en las ventas, la eliminación del subsidio al diésel marino y el embargo por parte de Estados Unidos, recibirán la estocada final con la apertura del cupo de importación de 38 mil toneladas de filete de pescado fresco, refrigerado o congelado libre de impuestos.
Lo anterior con base en la Licitación Pública Nacional emitida por la Secretaría de Economía el pasado 20 de mayo, y que publicará sus resultados el próximo 15 de junio, para la compra al exterior de bagre y tilapia.
De esta forma, el mercado nacional será inundado de filetes de pescado de mala calidad, en su mayoría congelados desde hace por lo menos seis meses, de los conocidos como "Blanco de Nilo" (Tilapia) o "Royal Asia" (Bassa o Pangassius), procedentes principalmente de China y Vietnam, con aditivos para su conservación y exceso de agua, de acuerdo con fuentes del sector.
Los especialistas consultados por Excélsior destacaron que las 38 mil toneladas de filete, representan 120 mil toneladas de pescado entero, que en caso de que fuera una pesquería de México, ocuparía el quinto lugar en importancia, apenas por debajo de los pelágicos menores, camarón, mojarra y tunidos.
Desde que comenzó la crisis sanitaria por el Covid-19, los pescadores ribereños lanzaron un S.O.S al Gobierno de México para que apoye a las comunidades costeras a abrir nuevos canales de comercialización de sus productos.
Apenas hace unos días comenzó la entrega del Programa BienPesca a los pescadores empadronados, por un monto de siete mil 200 pesos, que es un recurso que ya se venía entregando desde 2008 con el nombre de ProPesca, y que incluso en algunos años alcanzó los ocho mil pesos.
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