El confinamiento por la emergencia sanitaria del Covid-19 ofrece un respiro a las grandes urbes a nivel global, ante la ausencia de seres humanos y la suspensión de actividades productivas.
La reducción del tránsito vehicular y del movimiento de personas por la cuarentena, permite que la vida silvestre retome su territorio, por lo que imágenes de patos paseándose por las calles de París, pavorreales deambulando en la zona urbana de Madrid o pumas merodeando las colonias desiertas de Santiago de Chile, han dado la vuelta al mundo.
La Ciudad de México no es la excepción, aves, cacomixtles, tlacuaches y hasta abejas nativas disfrutan de la falta del ajetreo cotidiano. El canto de pájaros, que no sabíamos siquiera que existían, son ahora el reloj despertador para muchas familias que se quedan en casa con el fin de evitar contagios por la pandemia.
"La plaga somos nosotros, nosotros fuimos los que llegamos a invadir su espacio", aseguró Rodrigo Medellín, reconocido investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.
Conocido como el Batman Mexicano, por dedicar más de 40 años de su vida profesional al estudio de los murciélagos, Medellín señaló que es un honor que los animales tengan todavía la voluntad de compartir la vida con nosotros.
Un sentimiento que comparte a través de su lente, la fotografa de naturaleza Tamara Blazquez Haik, quien con su trabajo busca concientizar a la ciudadanía sobre la necesidad de proteger a la fauna urbana, ya que "es necesario romper la creencia de que la naturaleza solo está en lugares lejanos".
Ganadora del concurso de National Geographic Travel 2019, la joven destacó que los animales que habitan con nosotros la urbe, representan una gran riqueza natural y forman parte de la biodiversidad del país, ya que tan sólo en la Ciudad de México se tienen registradas dos mil 254 especies, muchas de ellas endémicas, entre gusanos, moluscos, arácnidos, insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
"Estas especies se enfrentan a graves amenazas día con día por los automóviles, animales de compañía como perros y gatos, contaminación, falta de hábitat, alimento y agua, y las agresiones por parte del ser humano. Muchos de estos animales mueren envenenados, a golpes o quemaduras debido a la ignorancia y falta de educación y empatía del ser humano", lamentó.
Ante esta realidad, y una vez superada la pandemia, Tamara buscará retomar su proyecto fotográfico “Fauna de la Ciudad de México”, que viene presentando desde el año pasado en el Centro Cultural San Ángel, el edificio de la Semarnat y la Facultad de Ciencias de la UNAM, entre otros importantes recintos, con el fin de convencer a la gente de que todos podemos colaborar para conservar nuestro capital natural.
Foto: Tamara Blazquez Haik
(Ernesto Méndez)
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