Se echan la bolita por muerte de osos perezosos y monos capuchino

Oso perezoso
Sección: 
Medio Ambiente

La Fiscalía General de la República (FGR) rechazó que el Ministerio Público Federal con sede en Tapachula, Chiapas haya ordenado el sacrificio de los cinco osos perezosos y los nueve monos capuchino bebés rescatados del tráfico ilegal en un retén carretero el pasado 8 de abril.

De acuerdo a la FGR, la instrucción de aplicar una inyección letal a los ejemplares de vida silvestre provino del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sedar), debido a que existía el riesgo latente de propagación de enfermedades por parte de estas especies exóticas.

Consultada por este medio, la Fiscalía General de la República manifestó que en ningún caso, el Ministerio Público Federal decide sobre el destino de animales involucrados en carpetas de investigación.

En tanto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural dio a conocer que continúa abierta la investigación interna en la Inspectoría Pecuaria del Distrito 08, para deslindar responsabilidades y obtener evidencias sobre el supuesto sacrificio de osos perezosos y monos capuchino, con una inyección de Pentobarbitona y su posterior incineración en el horno crematorio del Rastro Regional de Bovinos y Porcinos del municipio de Tapachula.

La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm) adelantó que será el viernes cuando presente una denuncia por la muerte de los cinco osos perezosos y los nueve monos capuchino.

Según la Asociación Civil, en este lamentable caso no se cumplió con lo establecido por la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), sobre la disposición de ejemplares comercializados ilegalmente y confiscados de especies protegidas, que deberán ser repatriados a sus países de origen.

Además de que no se siguieron los protocolos legales que contempla el Código Nacional de Procedimientos Penales, relativos al aseguramiento de ejemplares de vida silvestre (Artículo 238).

“Mismos que debían ser provistos de los cuidados necesarios y depositados en zoológico o instituciones análogas, considerando la opinión de la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat”, explicó.

Asimismo no hay evidencia de que se haya cumplido con la cadena de custodia que debe existir sobre los objetos del delito, desde su localización, descubrimiento o aportación hasta que la autoridad competente ordene la conclusión de las investigaciones (Artículos 227 y 228). 

“La muerte de los ejemplares constituye un daño ambiental ilícito, que deriva del incumplimiento por parte del Ministerio Público a las diversas normas administrativas, penales e internacionales sobre el manejo de vida silvestre, y genera a los responsables la obligación de compensarlos, obligación que es solidaria para la Fiscalía General de la República, pues los hechos fueron cometidos por empleados de esa institución. (Artículos 10, 11, 14 y 24 de la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental)”, detalló la Azcarm.

El pasado sábado 15 de junio, dimos a conocer que los cinco osos perezosos y nueve monos capuchino bebés asegurados por la Policía Federal fueron sacrificados con inyección letal, 15 días después de su rescate.

Lo anterior a pesar de que los exámenes practicados a los animales por el Senasica, resultaron negativos para las enfermedades de encefalitis, fiebre amarilla y gusano barrenador del ganado, y de que no se pidió la opinión de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). 

Los monos capuchino y osos perezosos, de aproximadamente seis meses de nacidos, que se encontraban en cuarentena en la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) “El Abuelo” en Cintalapa, “fueron sacrificados mediante la aplicación de una inyección endovenosa de una solución de Pentobarbitona al 20 por ciento, sustancia que tiene por efecto insensibilizar a los animales previamente a su muerte, provocando la pérdida del conocimiento seguida de un ataque cardíaco”.

De acuerdo con la relatoría de hechos que hizo por escrito Juan Pablo Flores Mujica, coordinador de Inspectoría Pecuaria del Distrito 08 en Tapachula de la Sader al Ministerio Público Federal, los restos de las crías fueron incinerados para evitar la probable propagación de enfermedades.

En la carpeta de investigación abierta por la Fiscalía General de la República (FGR) (FED/CHIS/0006555/2019), se establece que según el funcionario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, los monos capuchino y osos perezosos presentaban “cuadro severo de deshidratación, depresión intensa y diversas lesiones que comprometían su integridad física y emocional”.

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