México se ubica en el lugar número 26 de un listado de 164 países con mayor estrés hídrico a nivel global, según el ranking del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), donde 5 es el puntaje de mayor riesgo (Extremadamente Alto), y nuestro país alcanza 4 puntos (Alto).
De acuerdo con los expertos, el estrés hídrico es un concepto que se utiliza cuando la demanda de agua es mayor a la cantidad disponible o cuando su uso y consumo se ve restringido por la baja calidad.
A pesar de que México sufre de una sequía prolongada que inició en 2019, y que hoy nos tiene con casi el 80 por ciento del territorio nacional afectado por la falta de lluvias y escurrimientos, la llave del presupuesto en la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se cerró para la inversión en infraestructura hídrica, según un estudio de México Evalúa.
El informe señala que en lo que va del sexenio, los recursos para este rubro cayeron 22 por ciento, lo que provoca una caída en el ritmo de crecimiento del tratamiento, desinfección y abasto de agua potable, un incremento en el número de viviendas con intermitencia en la dotación de agua, y un crecimiento en el gasto que tienen que desembolsar los hogares para recibir cada vez menos suministro.
México Evalúa indica que "la sequía en la inversión hídrica reduce las capacidades del gobierno para garantizar el derecho humano al agua", lo que se complica porque la Conagua tampoco ha fomentado el desarrollo de las Comisiones Estatales del Agua.
Recordó que el presupuesto aprobado para la Conagua en 2024 es de 62.7 mil millones de pesos, lo que representa un recorte de 13 por ciento (9.10 millones de pesos), frente al monto aprobado en 2023.
Destacó que al cierre de 2022, el crecimiento de la capacidad instalada de plantas de tratamiento de aguas residuales municipales fue el más bajo en los últimos cuatro sexenios. La capacidad instalada aumentó sólo 8 por ciento, es decir, 14 mil 385 litros por segundo, mientras que en anteriores gobiernos el incremento fue de 29 por ciento (2012-2018), 40 por ciento (2006-2012) y 45 por ciento (2000-2006).
De igual forma, México Evalúa advierte sobre un derrumbe en el ritmo de crecimiento de las plantas potabilizadoras que se encuentran en operación. "Al cierre de 2022 se pusieron en operación solo 23 plantas potabilizadores adicionales", en comparación con las 266 plantas adicionales del gobierno anterior (2012-2018) o las 208 de la administración federal de 2006 a 2012.
"El deterioro mostrado en la infraestructura y capacidad para procesar y ofrecer servicios hídricos de manera adecuada tiene grandes implicaciones en las viviendas y el bolsillo de los consumidores. Uno de los problemas mayormente identificados por la población con servicio de agua entubada, ha sido la disminución en la frecuencia con la que llega el agua"
Al corte de 2022, habían 5.9 millones de viviendas donde el agua sólo estaba disponible cada tercer día, un 17.8 por ciento (899 mil 292 viviendas), más frente al número de viviendas en 2018. "Peor aún: en aquellas viviendas donde el agua llega máximo una vez a la semana aumentó 31 por ciento (711 mil 712 viviendas).
Agregó que la intermitencia en los servicios de agua potable en las viviendas está acompañada de un incremento en el gasto que realizan las personas para cubrir con sus necesidades básicas, ya que entre 2018 y 2022, el gasto trimestral de los hogares en servicios de agua potable aumentó 3 por ciento (12.5 pesos) en términos reales, afectando más a las viviendas que pertenecen a la clase media.
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